El Guerrero y La Bruja, el cuento de nunca acabar

El Guerrero y la Bruja
Por: EveEva
Erase una vez en un reino lejano habitaba un guerrero comandante de poderosos ejércitos , que era conocido, respetado y temido por su ferocidad en la batalla, era un ingenioso estratega militar que disfrutaba enormemente con cada una de las conquistas logradas durante los años de servicio que había prestado al rey de esa comarca, algo especial le ocurría cuando luchaba valientemente contra cualquier persona, ejercito o monstro, se convertía en una poderosa máquina de guerra a la que era casi imposible detener una vez que se habían puesto en marcha los engranajes de su mente asesina, tenía el cuerpo marcado por las cicatrices de mil y una batalla que había librado durante sus casi 50 años de vida, cojeaba de una pierna que casi perdía con motivo de haber recibido el impacto de una bala de cañón, la cual solo cuando estaba súpitamente dormido y acostado en su cama , se notaba que era ligeramente mas corta que la otra, sin embargo nadie se atrevió jamás a  referirlo inclusive cuando aveces se  lo preguntaba en voz alta frente al espejo a su  siervo y escudero; ¿ No crees que tengo una pierna más corta que otra?, le contestaba , “No señor, a mi parece que es el piso de esta tienda el tiene una imperfección, inmediatamente mandare a aplanar el terreno, mi señor” y el siempre contestaba: “Eres un extraordinario escudero, pero un  pésimo mentiroso” y soltaba senda carcajada para terminar de ponerse la pechera, la única que había tenido desde que era un joven, era una maravilla, completamente de acero, cubierta  con una gruesa capa de oro de 18 Kilates, en el centro tenía en relieve la cara de un león con las fauces abiertas, en una época, estuvo adornada con piedras preciosas, en los ojos tenía dos enormes rubies, en las fauces tenia diamantes incrustados, en los  orificios nasales dos esmeraldas y en cada una de las orejas enormes amatistas, sin embargo de eso ya no quedaba nada, una a una se fueron perdiendo durante los combates, el cual el mismo cubría con la sangre de sus enemigos al final de cada batalla, después esparcía sobre ella, la tierra del campo donde justamente se percataba de que la victoria era inminente, este era como un rito que se fue implantando poco a poco ente su tropa cuando uno de sus generales empezó a imitarlo, luego siguieron los tenientes, y así hasta llegar a los soldados de rango inferior.
                Recordaba como después de una batalla que estuvo a punto de perder la vida su siervo y escudero la vio de rodillas en el suelo casi medio muerto, untando su  pechera con la sangre del enemigo y cubriéndola luego con la tierra del lugar y se acerco a El y le dijo: “Mi señor, déjeme hacer eso por Usted”, el lo vio y lo aparto bruscamente de su lado diciendo: “Solo Yo soy digno de cubrirme con la sangre de mis muertos, solo yo soy digno de cubrirme con la tierra que hoy se ha alimentado de mi sangre, cuando tu empuñes una espada para defender a tu reino y sea haya batido tu sangre con la de tu enemigo, entonces podrás hacer esto, no por mi, si por ti mismo”!!!. Nunca más volvió a acércasele nadie durante esos momentos rituales de su existencia.
                Al igual que su pechera , el guerrero valoraba enormemente su escudo y su espada, siempre utilizaba los mismos aun y cuando tenía suficientes como para utilizar unos diferentes en cada batalla pues siempre que volvía a casa el Rey en una ceremonia oficial entregaba al guerrero una nueva pechera , un escudo y una espada relucientes y el siempre con el gesto más amable del que era capaz un guerrero como él, los recibía, los aceptaba y después entregaba a su escudero; diciéndole: “Ponlos con los otros, un día me convertiré en un famoso coleccionista de armas” y echaba a reír, sin embargo inmediatamente después de reír, una sombría mueca cubría su rostro y hacia un gesto con la boca que aún su siervo no había aprendido a interpretar, sin embargo no estaba lejos el día en que supiera su verdadero significado.
                Ese día llegó, era un verano muy caluroso y el fiel sirviente y escudero estaba limpiando las armas de su amo frente a la tienda de campaña cuando una elegantemente ataviada mujer se presento en el lugar sin  ninguna viso, a pesar del calor pues era justo el medio dia , la mujer estaba completamente cubierta con una hermosa túnica y capucha  y llevaba un envoltorio en sus manos, al ver la frente a El;  pregunto: A que ha venido mi señora? , a quien busca? Esta pérdida? , y ella contesto con voz firme: " He venido en busca del guerrero “…” y pronunció su nombre; el escudero casi se desmaya ante tal revelación y empalideció por completo al recordar que el también había conocido el verdadero nombre del guerrero una vez  hacia tiempo cuando recién llegó al servicio de su amo, y el guerrero yacía en lo que parecía ser su lecho de muerte, había liberado una batalla atroz y la espada del enemigo había rajado su abdomen, casi lo partían en dos, sus viseras estaban expuestas  y se revolcaba del dolor cada vez que el médico de ejercito intentaba suturarle la herida, el  siervo en aquel entonces aun no conocía bien a su amo y no sabía que hacer por el, así que le pregunto: “Señor dígame que mas puedo hacer? ”y El de un jalón acerco su oreja a su boca y le dijo: “Si muero pondrás dos monedas en mis ojos y como lo haría un hijo; dirás en mi nombre la oración de los muertos, mi nombre es “…” afortunadamente no fue necesario, pus el guerrero sobrevivió; sin embargo en cuanto recobro sus fuerza llamó a su  siervo y con una voz que parecía provenir de la garganta de una fiera le dijo: ¡Jura que jamás repetirás mi nombre, ni se lo dirás a persona alguna, PORQUE SI LO HACES TE CORTARE LA LENGUA!! JURALO!!
El escudero le dijo con voz temblorosa: “Señor yo soy su siervo y le serviré fielmente hasta el día en que la muerte lo disponga, le pido por ello que corte mi lengua de una vez, pues prefiero servirle en completo silencio y jamás pronunciar palabra a vivir cuidándome de su desconfianza” El guerrero quedo sorprendido y contesto a semejante declaración como mejor pudo retribuir a la franqueza con la que le había hablado su siervo: “Estoy seguro que soy un hombre bendecido por los dioses pues te han enviado a servirme, de la manera más leal y fiel de la que es a capaz un hombre de tu condición, estoy convencido de que puedo confiar en ti y en tu presencia podre comer y dormir sin temor a ser envenenado o muerto a traición y por ello serás recompensado con tu libertad cuando yo me retire o muera, así quedará escrito en mi testamento”.
                Y ahora, ahí estaba frente a El esta persona que sabia el nombre de su amo, quien será? Quien es esta mujer? Se preguntaba una y otra vez mientras la conducía al interior de la tienda, "pase por aquí señora, permítame ayudarla” y extendió sus manos hacia el bulto que ella llevaba,” No , gracias contesto sin ni si quiera mirarlo” permaneció sumida en la hermosa tela que cubría cada centímetro de cuerpo y cara, era una fina tela de color purpura, con un rico bordado en las orillas y adornada con unas medias lunas y estrellas en hilo de plata.

                Cuando vio entrar al guerrero permaneció de pie, inmóvil, el sirviente dio la vuelta para retirarse y la mujer le dijo: “Por favor quédese!, servirá usted como testigo.” El sirviente voltio hacia su amo y este asintió con la cabeza, entonces la mujer  se postro ante el guerrero y deposito en el suelo el envoltorio que llevaba en las manos y se levanto, entonces el guerrero  sin pronunciar una sola palabra recogió de lsuelo el bulto y lo alzo como era la tradición, luego lo descubrió, era una hermosa bebe, quietecita, que lo miro con sus hermosos ojos negros, El le acaricio apenas la cara con su mano toscas y sucias y la acerco a su pecho aun cubierto por su pechera, al ver esto su sirviente se apresuro para acercarle un recipiente con agua limpia para que su amo se aseara, pero el guerrero lo retiro y le dijo: “ No sientas pena por mi apariencia, ni por lo que soy” “Soy un guerrero y esta es mi hija a la que probablemente solo esta vez pueda sostener en mis brazos, ella recordara siempre el olor de su padre... a fierro y tierra” después la niña lo tomo con su pequeñita mano de su dedo índice, el guerrero sintió como un veintena de caballos se galopaban desde su corazón hasta su garganta intentando escapar por su boca, pero ninguno escapo, en ese momento el sirviente sintió que una enorme nostalgia lo invadía y el comenzó a llorar casi en silencio, los minutos transcurrieron lentamente hasta que el guerrero rompió el silencio y ordeno: “Entrega un escudo, una pechera y una espada a la Señora, son para mi hija dijo”, entonces la señora se descubrió el rostro y  hablo: “Esta no será la única vez que la tendrás en tus brazos, yo le hablare de ti y tu heroísmo, aunque tal vez la próxima vez quel a veas ella se habrá convertido en una hermosa princesa” y sonriente añadió, ¿que hará ella con estos regalos?  Y el guerrero contesto a su vez , haciendo una pregunta: ¿Qué más tengo yo, que soy un guerrero, si no armas y escudos? ¿Crees que no se que ella está destinada a ser una princesa? Sé que tu le darás educación refinada, tierras, riquezas y poderío, yo solo tengo herramientas de guerra ¿Que mas puedo darle? Y entonces ella contesto: “ ¿Un nombre. Como la llamaras? , entonces el sirviente volvió a acercarse con la pequeña tina de agua, el guerrero introdujo su mano en ella, acerco su pequeña cabecita hasta el borde y dijo: “Serás llamada SOFIA por tu padre”, luego la Señora hizo lo mismo y  dijo: “Y serás llamada MARGARITA por tu madre”, “SOFIA MARGARITA” pronunciaron al unísono; inmediatamente después entrego a la niña a su madre y ambas salieron de la tienda, El sirviente volvió a ver en el rostro de su amo ese extraño gesto en su boca y comprendió, que se trataba de la expresión del sentimiento más básico del ser humano; añoranza por no poder saber con certeza que depara el futuro.
                El sirviente recordó como aquella tarde vio alejarse a la caravana que acompañaba a la hermosa mujer, tendrían que pasar algunos años antes de volverla a ver.
                Cuando el sirviente regreso al interior de la casa de campaña, empezó a servir la comida a su amo y gentilmente se quedo de pie parado junto a Él con la jarra de agua como lo hacía diariamente;entonces el guerrero se dirigió a Él y le dijo: “Sirve otro plato y come conmigo” señalando a la silla que tenia frente, el sirviente dejo la jarra sobre la mesa, sirvió el plato pero no se sentó, se quedo de pie junto a su amo, sin comer, “que te sientes a comer conmigo!”, insistió;  el sirviente entonces hablo y dijo; “amo, yo soy un simple sirviente y esclavo, la tradición no permite que yo comparta la misma mesa que mi amo, mucho menos que coma frente a Usted, le ruego que no me obligue” entonces el Guerrero, tomo su plato y se puso lentamente de pie junto a su sirviente , ambos comieron en silencio, hombro con hombro y nunca volvieron hablar de este asunto.
                Pasaron siete meses exactamente cuando el Guerrero pregunto a su sirviente: ¿Recuerdas a la mujer que estuvo con una niña, aquí hace unos mese? en la mente del sirviente se escucho decir: ¡CLARO, POR DIOS, COMO OLVIDARÍA  ALGO ASI???!!!! pero de su boca solo salió un débil ”Si”, ¿Recuerdas el nombre de mi hija? Miró como su amo puso su mano sobre su espada y después de unos minutos de pensarlo y evaluar ambas posibilidades, contesto firmemente: “si”, vio como su amo retiró la mano de su espada, dio media vuelta y le dijo: “puedes retirarte a descansar”, sin que se pronunciara otra palabra el sirviente salió de la casa de campaña y se quedo afuera, sin saber que hacer, era la primera vez que tenía tiempo para descansar, ni siquiera imaginaba que se suponía debía hacer con el tiempo libre, empezó a sentir una opresión en el pecho, era angustia al no saber que se esperaba de Él, cuando vio salir a su amo y le pregunto: “Que haces aquí? Te dije que podías descansar”, el sirviente dijo: “Amo, no sé que hacer, dígame como debo descansar”, el guerrero sonrió y movió la cabeza de un lado a otro y dijo: “camina en el campo, lejos de las tropas y los cañones, cuando llegues a un lugar donde ya no escuches la voz de ninguna otra persona, te tiras en la hierba, cierras los ojos y tratas de quedarte en silencio e inmóvil, deja que el sol te cubra la cara con su luz y su calor y solo se tu”, sonaba bastante sencillo pero al menos ese día no lo logró, pues se tiro al suelo  con la cara al sol, en silencio, pero en su mente constantemente había un pensamiento: ¡! Y  si mi amo me está buscando porque me necesita y yo aquí tirado en la hierba”??!!