Tijuaneados en Fuga, al grito de ¡Salvese el que pueda!

“El real viaje al descubrimiento consiste no en buscar nuevas tierras sino en tener nuevos ojos". Marcel Proust.

Cuando se lleva a cabo una entrevista de cualquier tipo, en lo particular medica o psicológica, deben realizarse preguntas relativas al nombre del entrevistado, la hora que es, el lugar donde se encuentra, los motivos por los cuales se le está entrevistando, etc. esto da como resultado que el entrevistado sea catalogado como “bien o mal ubicado en las esferas del tiempo y el espacio”, posiblemente en términos psicológicos más concretos, se pueda hablar de un sujeto bien adaptado a su entorno o de un desadaptado. Tenemos que la adaptación es un mecanismo natural que se activa en el ser humano como respuesta a su entorno, sin embargo cuando el entorno en el que vive se encuentra inmerso en la violencia surgen mecanismos muy específicos ante la amenaza o el peligro, que básicamente son LA HUIDA O LA LUCHA.

Si alguien ha huido alguna vez en su vida de algo, como por ejemplo: Una catástrofe natural como lo fue el terremoto de 1985 en México de D.F., o los  atentados terroristas que se vivieron en Morelia Michoacán en septiembre de 2008 o huye de condiciones de pobreza extrema y de marginación social, como la que se vive en Chiapas, Guerrero y Oaxaca o huye de la falta de empleo y oportunidades desde cualquier punto del territorio nacional o tal vez huye de aún más violencia de la que se vive en Tijuana o quizá fue víctima en su lugar de origen de algún delito como el secuestro, violación, asalto y la violencia intrafamiliar o lo que es peor, huye de la justicia; definitivamente se ha activado en ese sujeto un mecanismo que lo ha puesto en estado de hiperalerta, acompañado de dificultad para mantener o conciliar el sueño, irritabilidad o ataques de ira, dificultad para concentrarse y respuestas exageradas de sobresalto (¿suena familiar?) en términos clínicos padece de un trastorno por estrés postraumático, provocando un malestar significativo o deterioro de las relaciones sociales, la actividad laboral o de otras aéreas importantes de la vida de  la persona. Este es el común denominador de las personas que vivimos en Tijuana, o estamos huyendo o queremos huir y por supuesto deseamos, superar el trauma de la mejor manera posible, lo que es altamente recomendable en estos casos es, formar parte de un grupo que haya sobrevivido al trauma. 

El domingo 20 de marzo 2011, en el marco de la clausura de la decima octava edición del  Festival del Cine Latino en San Diego California; tuve la oportunidad de ver el largometraje documental “TIJUANEADOS ANONIMOS: UNA LAGRIMA UNA SONRRISA”, el cual propone que la Ciudad es la suma de todos y que para cambiar la situación actual de Tijuana es necesario cambiar uno mismo. El grupo TA, es un grupo de autoayuda basado en los doce pasos de recuperación de  Alcohólicos Anónimos en donde las personas hablan de diferentes temas relacionados con la ciudad y con el fenómeno de lo tijuaneado (entendido como la erosión o el desgaste que sufren los objetos y las personas, tanto física, mental y espiritualmente, por habitar en Tijuana).

Fue particularmente interesante presenciar cómo este concepto de lo TIJUANEADO, fue asimilado por el público durante la exhibición de la película así como posteriormente, durante la sesión de preguntas y respuestas. Especialmente me llamó la atención que hubo quienes nos sentimos plenamente identificados con el contenido del filme, ya que somos de Tijuana o hemos vivido en ella durante algunos años, fuimos algunos los  nos  hechamos a reir al ver  como el colmo de lo absurdo  se ha convertido en lo cotidiano  en nuestra Ciudad y los que se sintieron mayormente cautivados por lo novedoso del adjetivo calificativo planteado , todos tanto por las imágenes, como con la descripción tan puntual y  “digerible” de la violencia que se vive en esta Ciudad; por lo que creo que el documental tiene un doble efecto y cumple cabalmente su función de informar e invitar a la reflexión, el primero, para los que estamos “Tijuaneados”, consiste ver el reflejo de lo que hemos hecho o dejado de hacer por mejorar nuestra Ciudad (en términos psicológicos, salir de la negación) y segundo, para los que aún no han experimentado en carne propia  el efecto “Tijuaneado”, empatizar con la sensación de saber que se tiene algo que requiere de atención, que necesita de una reparación formal y que para salir del paso (minimización del problema )  se repara momentáneamente con un poco de tape gris y un papel celofán, aluminio, alambrito o pedazo de madera,  “al hay se va” .

Seguramente también quienes no viven o no han visitado Tijuana, pero que conocen la sensación de estar huyendo de algo o de alguien, perciben la necesidad de hacer las cosas rápidamente, volteando a todos lados, invadidos por la sensación de acoso o persecución, pues el reparar las cosas momentáneamente, solo para que apenas alcancen a cumplir su función, para mi, no obedece al desinterés de la Ciudadanía, ni a la pereza que generalmente se le atribuye al Mexicano,  sino a la falta de seguridad, a la carencia de paz interior para iniciar no tan solo las reparaciones necesarias, sino hacer la demolición de lo que ya no sirve, de lo obsoleto, de lo arcaico en nosotros y empezar con nuevos ojos y recursos creativos a construirnos como ciudadanos responsables, arraigados, con profundo apego a la Ciudad que tantas oportunidades da a todo el que las quiere tomar. 

¡Debemos detener la HUIDA e iniciar LA LUCHA por Tijuana!.