miércoles, 23 de febrero de 2011

Co-lecho o no co-lecho?, Esa es la pregunta

Seguramente muchas personas no están familiarizados el termino co-lecho, en lo particular lo acabo de descubrir y significa que tu hijo o hija duerma contigo y/o con tu pareja en la misma cama; haaaaa! eso!, pues sí, eso justamente, lo que también es seguro es que muchas mamás lo practicamos o lo hemos practicado alguna vez; lo más común es que las madres que hemos amamantado a nuestros hijos lo hayamos practicado, inclusive tengo entendido que de acuerdo a la naturaleza de las cosas,  la única justificación para que los mamíferos lo practiquen es la posibilidad de acceder mas fácilmente al alimento que proviene del pecho de la madre y que una vez que esto ha pasado lo "normal" es que los infantes sean orientados y trasladados físicamente a su habitación y por lógica a su propia cama, pues bien, es el caso que me dí a la tarea de preguntarle a mis amigas y conocidas cercanas , si ellas duermen o han dormido con sus hijos, todas dijeron que si, luego les pregunté que hasta que edad habían dormido con ellas, en promedio han dormido como de los 3 a 5 años, más o menos cuando empezaron a ir al Kinder, lo cual a mi me parece bastante  “normal”; lo curioso es cuando le pregunte a algunas mamás solteras hasta que edad han dormido sus hijos con ellas y hoooo! Sorpresa!!! una me dijo “a la fecha duerme conmigo”, ¿y que edad tiene? , 12 años, mmmm….. luego le pregunté a otra que hace dos años aproximadamente se divorcio, “pues desde que me divorcie mi hija duerme conmigo”…… luego le pregunté a otra, y me dijo, “Mis hijas duermen en sus camas de lunes a viernes y el fin de semana conmigo” (aclaro que mi amiga también trabaja de lunes a viernes) y continuo, “Pero yo dormí con mi mamá hasta el día en que me case”; en el caso de la “prima de una amiga” su hijo menor duerme con ella, tiene 7 años de edad, empezó a dormir con ella cuando se divorcio hace como dos años y ella durmió con su mamá como hasta los 13 años de edad; he aquí lo interesante del tema:
PRIMERA PREGUNTA: ¿De quién es la necesidad de dormir madre e hij@ juntos?
SEGUNDA PREGUNTA: ¿Cuándo empezaron las mamás a refugiarse inconscientemente en los hijos, y buscar su protección, cuando debe ser al revés?
TERCERA PREGUNTA: ¿De quién es el miedo?
Lo que a mi me pareció  bastante inapropiado o “anormal” es esto último, que las madres podamos utilizar a los hijos como sustitutos de pareja, cónyuge o lo que se le parezca  e inclusive han sido utilizados como escudos protectores contra la ira de los cónyuges: ejemplo “Si está mi hijo dormido conmigo, cuando llegue “fulanito” no se atreverá a tocarme o a molestarme o a gritarme o a pegarme etc, etc… por supuesto que esto último es bastante penoso y lo entiendo, pues se trata en esos casos del instinto de supervivencia.
No obstante, lo que les quiero decir es que creo que lo mejor es que cada quien tenga su espacio, sus cosas, su lugar en la casa, su morada, su guarida, los niños con los niños, los adultos con los adultos y si la mujer o el hombre son papás solteros, pues, ellos solos en su cuarto y su cama. Me han dicho que es benéfico saberse y sentirse solo, después de la separación o el divorcio, más aun si ha sido doloroso (que siempre lo es) , pues la soledad debe centrarnos en nuestra nueva realidad, existen quienes opinan que después de una separación al menos deben dejarse pasar dos años para establecer una relación de pareja con una nueva persona, eso solo los expertos lo saben.
¿Y tú con quien duermes????..................................................¡CON EL ENEMIGO!!!!.. gritó alguien por allá!!! .........Talvez... pero, esa es otra historia...................

viernes, 18 de febrero de 2011

“Dime donde trabajas y te diré quién eres”

En Tijuana el 76 %  de los trabajadores de la industria maquiladora son mujeres, que van desde los 16 a los 25 años de edad; la leyenda urbana cuenta que tienen una mayor probabilidad de ser contratadas mujeres que sean solteras y sin hijos, sin embargo lo que no es leyenda y si un hecho es que cuando yo trabaje para el gobierno federal , hace algunos años, para contratarme me solicitaron que me hiciera un examen de “NO EMBARAZO”, como era yo muy joven y relativamente inexperta  (aun y cuando ya había cursado la carrera de licenciada en Derecho)  se me hizo si acaso, un poco raro, pero no capté que se tratará de una solicitud violatoria de mis derechos humanos; esto ocurrió en el año de 1994 . Ahora que han pasado más de 15 años me doy cuenta con asombro, que la posibilidad de que una empleada “salga embarazada” enoja  algunos patrones, que una mujer sea madre y trabajadora, da la impresión a algunas personas de que se trata de una mujer poco profesional porque la prioridad en su vida son sus deberes de madre; esto provoca de manera inconciente en algunas mujeres la creencia de que no necesitan ser madres para tener una vida plena y satisfactoria, que su realización puede ser en el campo profesional y académico y que ellas han decidido “No tener hijos”, quiero aclarar que esta posición es absolutamente respetable; sin embargo estoy segura que si a estas hermosas y vibrantes mujeres se les permitiera por un minuto sentir el movimiento de un bebe dentro de ellas, si se les permitiera sentir la pequeña mano de su hijo en la suya, optarían por ambas cosas, y se convertirían en unas MADRES TRABAJADORAS, como muchas lo somos, es más, me atrevo a decir que de ser posible dadas las circunstancias económicas de su pareja, optarían por dedicarse a ser MADRES Y AMAS DE CASA. Ya me imagino la indignación que esto podrá estar causando en algunas personas: “ ¡ ¡ Como voy a dedicarme a ser madre y ama de casa si yo estudié, para no estar metida en la casa”!!!,  ¡¡ cómo voy a permitir que mi marido me mantenga, si yo soy una mujer autosuficiente y liberada!!!; es el caso que la naturaleza y la época de liberación femil nos ha dado la oportunidad de ser TODO, sin embargo yo si me encuentro ante la disyuntiva de ser auto empleada o desempleada o tener que enfrentarme durante mi vida diaria a la limitación de tener un horario y un empleo porque son Jefa de mi hogar, yo si tengo que Trabajar para llevar el alimento a la mesa de mis hijos y mía; como muchísimas mujeres en México; a pesar de la medianamente buena posición económica de mi familia de origen, Yo no trabajo por gusto o para mis “chuchulucos”;  lo hago por necesidad.
De verdad creo que la mujer debe regresar a su hogar y criar a sus hijos, (al menos durante los primeros cuatro años de sus vidas) creo que el proveedor del hogar debe ser el hombre de la familia, creo que debe existir un ambiente de tranquilidad para que la mujer y madre se desarrolle dentro de su hogar en felicidad y armonía, también y por supuesto, creo que de no ser posible esto último, la mujer que trabaja fuera del hogar debe ser tratada con dignidad dentro de su lugar de trabajo, debe ser tomada en cuenta su misión principal , puesto que una vez siendo madre, esa es la misión para la cual fue puesta en esta tierra, se deben atender sus necesidades de salud física y sobre todo metal, pues una madre sana y feliz produce hijos sanos y felices, que finalmente se convertirán en adultos sanos, lo cuales a su vez procrearan hijos y se irán formando nuevas cadenas de madres, hijos, adultos y padres sanos mentalmente y felices. LA CLAVE ESTA EN QUE LA MUJER RETOME EL CAMINO ORIGINAL, que no se tenga que avergonzar de ser mujer, esposa y madre, que no tenga que ocultar a su embarazo en su lugar de trabajo, que no tenga que mentir en la solicitud de empleo para que pueda ser contratada, que pueda expresarse con libertad en todos los ámbitos de su vida, empezando por su hogar.
 Somos las Madres  de hoy, las que estamos formando a las generaciones del mañana, esto de verdad es algo para reflexionar, ¿Que es lo que estamos haciendo con las madres? Y ellas a su vez ¿Que están haciendo de sus hijos?, cuando la madre sale a trabajar o muere ¿en manos de quien quedan?.
Y si la madre o el padre tienen algún problema relacionado con las drogas o el alcohol o viven delinquiendo a diestra y siniestra o son padres o madres maltratadores  ¿Qué hijos está produciendo esta sociedad que es violenta en muchos sentidos, desde los más sutiles hasta los más evidentes y crudos?
Hoy en día es escalofriante leer los encabezados de los principales periódicos que circulan en esta Ciudad, ni más ni menos entre ayer 17 de febrero de 2011 y hoy capturaron a una banda de violadores donde dos de ellos eran unos niños de  13 años de edad, se les acusa de al menos 30 violaciones, la nota refiere que la madre del líder de la banda está presa por vender droga y el papá es adicto a la heroína, que comenzaron robando y luego violando a mujeres de 13, 14 a 18 años de edad.
La figura materna es determinante en la vida y desarrollo de los niños, es de ella de quien aprende el sentido del amor es incondicional, sin embargo ¿Cómo puede enseñar una madre a un hijo lo que es amar, si no está con Él? , como puede una madre estar al pendiente del desarrollo de sus hijos , si no le es permitido ausentarse de su lugar de trabajo para asistir a los eventos relevantes de su vida e inclusive a los mas elementales como atender una citación de la escuela de los hijos? Todavía tenemos mucho por avanzar en México en relación a la protección y bienestar de las Madres y la Maternidad; ¿Y que pasa con las Madres que tienen la desgracia de tener un hijo enfermo gravemente? tal vez  algún día no muy lejano,  la Seguridad Social en Mexico, pague prestaciones a las Madres trabajadoras cuando se vean obligadas a permanecer en sus casa al cuidado de sus hijos como es el caso de España donde por ejemplo a partir del 2011 El Congreso aprobará una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para que la Seguridad Social pague una prestación a padres trabajadores para el cuidado de menores con cáncer o enfermedades graves, durante el tiempo de hospitalización y tratamiento continuado de la enfermedad.

lunes, 14 de febrero de 2011

El amor siempre es verdadero


El amor y la amistad son los dos sentimientos mas nobles y sublimes que puede experimentar el ser humano y curiosamente cuando se trata del amor, es el sentimiento que mayormente nos confunde o nos elude y lo utilizamos para nuestro propio engaño, pareciera que no sabemos experimentar el amor, que desconocemos como es el amor, como sentimos el amor; exinten personas y me incluyo con humildad, que hemos hecho del amor y de la felicidad  nuestra meta en la vida, llevando en alto el estardarte de la verdad y la fe.
Mi experiencia me ha enseñado que el amor solo puede ser verdadero, pues todo lo demas que se le parezca evidentemente no lo es, creo que la verdad y la sinceridad con uno mismo y los demas, son el preludio del amor, son la antesala del amor y el mostrarse ante la persona amada tal y como uno es, es la grantía de un amor inquebrantable y duradero, creo que esto es posible y necesario para lograr la felicidad.
Cuando tenemos el valor de mostrarnos como somos realmente ante los demas es porque en primer término hemos logrado una gran hazaña, la de amarnos a nostros mismos; de verdad es un acto heróico, pues amarse a uno mismo requiere previamente conocerse y para conocerse debemos adentrarnos hasta lo mas profundo de nuestro ser conciente  e inconciente, debemos escudriñar en nuestro pasado y nuestra infancia, debemos traer a la luz nuestros temores ,debemos ventilarlo todo y eso es una tarea de titanes, haciendo esto es  como crecemos espiritualmente, pues nos despojamos de toda la basura que hemos acumulado, del odio, del resentimiento, de la vanidad , la codicia y en la medida de lo humanamente posible del EGO, ¡Claro que para amarnos debemos conocernos! ¡Es obvio que para amar a alguien lo debes conocer !!. Efectivamente ese el punto en  quiero enfatizar, primero debemos  conocernos, luego amarnos para saber AMAR A OTROS, con esta logíca he llegado a comprender, con las posibles limitaciones de mi propio ser, aquella frase tan hermosa que escuche por años en el Instituto Estrella del Mar don de estudié los primeros 14 años de mi vida, bajo la doctrina católica-cristina: "AMA A TU PROJIMO COMO A TI MISMO". Este es el amor que nos asemeja a lo Divino, como Divino es nuestro derecho a amar y ser amados.

sábado, 12 de febrero de 2011

Tienes que vivir para contarlo

Cuando logras salir con vida del circulo de la violencia intrafamiliar, lo haces practicamente en arapos, al grado de que ni tus propios familiares logran reconocerte a primera vista, esto lo digo literalmente y por supuesto tambien me refiero a la manera en la que la personalidad con la que entraste a esa relacion de violencia se fue desgastando hasta quedar casi desnuda por haber sido despojada perversamente prácticamente de todo, en todos los casos has sido despojada de tu autovaloración, de la confianza en ti misma, de tu intuición, de tu femeneidad, en algunos otros de tu patrimonio o parte de el y en los mas terribles hasta de tus hijos, sin embargo mientras hayas salido con vida, ya has triunfado, entiendo perfectamente el dolor de una madre que no puede tener cerca a sus hijos, conozco un caso en el que la mujer tuvo que huir de noche de su casa , bricar la reja (pues no tenia ni llaves de su propia casa) y dejar a sus dos hijos, gracias a Dios y personas que  como los mismos angeles actuaron sin temor y con el corazon rebosante de amor ,  recuperó a sus hijos en unas cuantas horas, hoy ya es casi la misma mujer que un día conoció y se casó por todas las leyes con un hombre, que aún con toda su maldad no logró aniquilarla.
El impulso destructivo es sumamente intenso en los hombres y mujeres violentas, porque sí las hay, a Ellas en la psicología se les cataloga como mujeres con personalidad Border line, y a ellos como perversos generalmente narsistas, o sadicos y psicópatas. Es claro que una vez fuera de esa ciscunstancia, la mujer violentada requiere de terapia psicologica para lidiar con el stres post-traumático que le produjo el constante acoso y maltrato  fisco, verbal , psicológico y en ocasiones hasta sexual de su expareja, es normal que en terapia haya relatos que induzcan a la mujer a revivir los eventos traumáticos y el relato que se produce puede poner los bellos de punta a cualqueira, desque aqui mi admiración y respeto a todos los psicólogos y psiquiatras que brindan este tipo de servicio, realmente la mujer no lograría liberarse de su miedo y retomar las riendas de su vida y de sus hijos, sin su ayuda.
En el caso de la " prima de una amiga"  se requirió previamente terapia para juntar el valor necesario para dejar a su esposo, por supuesto que acudía a escondidas, ahí fue donde por primera vez escuchó que su problema era ser codependiente de su marido (de su ira y de sus cambios de animo) aprendió a observarse durante los momentos y situaciones de violencia en su hogar para no poner en riezgo su integrigad física y su vida, pues como ya se sabe la violencia aumenta en intensidad y recurrencia a medida que pasan los dias, meses o años, tuvo que aprender a poner y marcar ciertos límites a su pareja, a decir "No te permito que me insultes mas" y adarse la vuelta, sin embargo eso enfurecía al agresor pues notaba que la presa se le estaba saliendo del "huacal", en otras palabras de su control, tuvo que aprender a escapar mentalmente de la violencia verbal, refugiarse en un recuerdo agradable e imaginar que le levantaba una muralla infranqueable entre Ella y su agresor, para no sertir el dolor de las palabras hirientes e insultantes, tuvo que aprender a permanecer insencible a las humillaciones, en otras palabras tuvo que aprender a ir con la marea ,a resistirse pacificametne, pues cualquier movimiento en falso hubiera probablemente terminado en desgracia,  en otras palabra tuvo que aprender a ADAPTARSE, lo cual no es la solución,  pero es un mecanismo de compensación efectivo ante la agresión, al poco tiempo vivía como anesteciada  ante el dolor , ya no deseaba ser vista, ni abrazada, ni tocada por ese hombre, aprendio a desprenderse de sus emocones a no sentir,  toda su capacidad de amar se volcó sobre sus hijos, todos los abrazos solo se los daba a sus hijos, todos sus besos y caricias, solo se permitía ser tierna  con ellos y apesar de la sombra de su matrimonio, cuando estaba con sus hijos el sol brillaba en todo su esplendor , comprendió que esa no era la vida que quería vivir , esa no era la mujer que queria ser, y mas importante aún no podía permitir que sus hijos vivieran, observarán e imitaran el como se maltrata a una mujer,  entonces empezó a estar vigilante y alerta , esto provocó que después de un par de meses, la tensión fuera aumentando en Él, el episodio de violencia se veía venir, la tensión se sentía en el aire y el miedo crecía, tuvo que decirle a sus padres lo que estaba pasando y lo que podría pasar, por eso tuvo que tener una pequeña bolsa bajo su almohada con un poco de dinero, el celular con marcado directo al 066, las llaves de su carro y sus identificaciones. Posiblemente esto último suene exagerado para algunos pero es la VERDAD, cuando vives con temor de morir a manos de tu esposo, ya que sabes que en cualquier momento un pequeño disgusto se puede convertir en el motivo de tu funeral tomas todas las medidas necesarias para asegurar tu HUIDA, pues debes primeramente salir con vida para enfrentar las luchas que vienen despues. DEFINITIVAMENTE TIENES QUE VIVIR PARA CONTARLO.
Si vives una situación de violencia en Tijuana B.C. Mexico: y necesitas ayuda para salir de ella, puedes acudir al Hospital de Salud Mental de Tijuana A.C.; Telefonos: (664) 6070187/97, 664-6472810, 664- 6234896
http://www.hospitalmentaltijuana.com

viernes, 11 de febrero de 2011

MAS CRONICAS DE UNA MUERTE ANUNCIADA

CONSIDERANDO QUE NADA ES CASUALIDAD; SINO CAUSALIDAD Y EFECTO, ENCONTRE A CASI TRES AÑOS DE SU PUBLICACIÓN, UN REPORTAJE PERIODISCO MUY INTERESANTE; DE CÓMO ATRAVEZ DE LOS AÑOS EN ARGENTINA HA EVOLUCIONADO, LA VISION DE LA VICTIMA DE LA VIOLENCIA DE GENERO, SE REFIERE A MUJERES ASESINADAS A MANOS DE SUS CONYUGES, EXCONYUGES Y/O PAREJAS SENTIMENTALES, DESPUES DE AÑOS DE ABUSOS Y DENUNCIAS QUE SOLO ACUMULARON POLVO EN LOS ANAQUELES DE LAS AUTORIDADES.
“CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD EN MEXICO NO ES MERA COINCIDENCIA”

Nota Publicada Por Soledad Vallejos  en el Suplemento Las 12 ,Página 12 Viernes, 15 de Febrero de 2008
 
 
 

EL DÍA EN QUE LO DOMÉSTICO DEJÓ DE SER UNA COARTADA PARA LA VIOLENCIA

 

 

 

Hace exactamente veinte años se publicaba la noticia de que Alicia Muñiz había muerto en un “confuso episodio”. Todo indicaba, en realidad, que el responsable era su ex marido, Carlos Monzón. Con el correr de los días, y llegando al juicio, ante una opinión pública que prefería ver a Monzón como víctima y no como asesino, el caso se convirtió en un hito en lo referido a violencia de género en Argentina: antes no existía ley, apenas algunos servicios especializados, la violencia de género ¿solía? dar lugar a chistes sin que nadie se ruborizara.


Por Soledad Vallejos

El 15 de febrero de 1988 la muerte de Alicia Muñiz aparecía en las tapas de todos los diarios nacionales. El relato, similar en los distintos medios, indicaba que había sobrevenido tras una “riña”, “una ruidosa pelea”, que se trataba de “un episodio confuso”. Las tapas no se privaron de la última foto: Alicia Muñiz, en bombacha, muerta, yaciendo al lado de la pileta de una quinta en Mar del Plata. Recién comenzaba la historia de una noticia que terminaría convirtiéndose en hito: no se trataba solamente de un caso particularmente visible (por la popularidad de Monzón: el ídolo, el modelo del macho argentino; por lo “confuso” de la escena; por suceder en plena temporada, en la ciudad favorita del jet set televisivo), sino, en realidad, del primero que mostraba descarnadamente la existencia de una violencia específica, dirigida hacia las mujeres. Y sin embargo ni los avances judiciales del caso ni el camino que la noticia empezaba a recorrer resultaron sencillos. Se trataba de poner en palabras claras, en letras de molde, algo de lo que no se hablaba, aunque ocho años antes, cuando Alberto Locatti tiró por una ventana a su mujer, Eva Cielito O’Neill (también en Mar de Plata, también en febrero), hasta se había convertido en fuente inagotable de chistes. Tal vez porque O’Neill sobrevivió, el episodio se leyó más en clave de comedia que como intento de asesinato, y apenas si fue recordado cuando terminaba el verano de hace veinte años y empezaba la investigación de lo que marcó un antes y un después en la atención que sociedad, Estado y medios prestaron a la violencia de género.

No puede decirse que el ventilar detalles de lo que había sucedido no generara reacciones; imposible negar que lo que se dice y la manera en que es dicho tiene correlatos reales en las vidas de mujeres y varones. A la luz de las revelaciones de la investigación, la conmoción fue contundente: a nivel nacional se triplicaron los pedidos de auxilio de mujeres víctimas de violencia y algo similar ocurrió con las denuncias policiales; se comenzaron a diseñar protocolos de atención y capacitación para miembros de la policía y la Justicia; la provincia de Buenos Aires inauguró las Comisarías de la Mujer; en diarios y revistas se multiplicaron las notas sobre “la mujer golpeada”, que –constantemente– se esmeraban en desmontar la presunción de que las víctimas no permanecen al lado de sus victimarios porque sienten placer con la violencia, un mito que todavía puede escucharse como broma en las mañanas tan pobladas de señores graciosos de la radio.

Nora Dalmasso, tal vez María Marta García Belsunce, seguramente Rosana Galliano, por mencionar sólo los casos con trascendencia nacional y derroches de tinta y minutos de aire, son otros de los nombres que retornan cuando se piensa en crónicas periodísticas en ocasiones sembradas de lecturas prejuiciosas y tan violentas como los episodios que terminaron por matarlas. Vale decir: ante una mujer asesinada, no siempre funciona el reflejo de pensarla en términos de violencia de género, incluso cuando resulte evidente. ¿Veinte años no son nada?

El ídolo caído suscitó compasión, aunque la asesinada fuera ella. Ninguna narración pública o privada, ni siquiera el hecho de que se supiera que años antes la primera esposa de Monzón, Mercedes Beatriz García (“Pelusa”), había presentado una demanda judicial por violencia, que a raíz de eso había sido dictada una sentencia de dos años, y que si no la había cumplido había sido gracias al indulto que el vicealmirante que gobernaba Santa Fe, Jorge A. Desimonio, le había extendido en 1977, ni con esas informaciones el fervor entre machista y popular parecía dispuesto a declinar. Alicia Muñiz estaba muerta y Carlos Monzón vivo, ella había sido asesinada y él tenía defensores, ella no podía ratificar que lo que su madre declaraba (“Alicia tenía miedo, él la amenazaba a ella, la amenazaba con sacarle el chico, no le pasaba plata, tenía rabia de que ella trabajara”) era cierto y la balanza se inclinaba a favor del asesino. Por eso los diarios parecían urdir una suerte de equivalencia: si se informaba sobre ella, se rescataba que había tenido “una vida afectiva tormentosa” bajo el título “A trompadas con el amor”, y si en la otra página se informaba sobre él, se hablaba de “un campeón incomparable”, “una fiera acorralada”, y no se ahorraban testimonios sobre la difícil vida de un hombre sin educación que llega a tener dinero (eso sucedió, por ejemplo, en la edición de Clarín del 15 de febrero, pero no es el único caso). La defensa social parecía asistirlo en virtud de una fibra solidaria nacida de la identificación: era el pobre que había llegado a rico gracias a saber administrar su fuerza física; qué culpa tenía él si esa misma habilidad podía condenarlo. (“De pronto, su vida miserable y turbulenta se convierte en una parábola de la tragedia argentina: el sueño de saltar de canillita a campeón. La borrachera de la riqueza y la fama en un país sin grandes ejemplos de trabajo creador, termina de la manera más previsible y dolorosa (...) Alicia Muñiz es la última víctima de un sistema perverso que ya no distingue entre víctimas y victimarios (...) salió del fango, entró en las espléndidas luces del ring y mostró que en este país el camino también –y sobre todo– se hace a golpes”, escribió, por ejemplo, Osvaldo Soriano en este mismo diario.) Sus acusadores, curiosamente, sostenían algo parecido, y la mayoría de las notas publicadas en ese momento refuerzan la idea: la violencia era una cuestión de clase, de falta de educación; de qué servían los millones si la marca en el orillo se notaba. De todo eso, la violencia de género estaba claramente ausente. En las dos versiones, Monzón y no Muñiz era la víctima: de sus instintos.

María Moreno todavía recuerda que, a fuerza de insistir en lo específico de la violencia que había sufrido Muñiz, en la redacción del diario Sur ella, Liliana Moreno y Moira Soto cargaban con el mote de “las viudas de Alicia Muñiz”. Por 1989, cuando todavía el juicio oral estaba pendiente, Moreno escribió en ese diario sobre la tendencia compasiva hacia Monzón. Es que, antes que en términos de violencia, el asesinato era leído con mirada clasista, con lo cual la división de aguas tenía más que ver con cuestiones de ascenso social y educación que con relaciones entre varones y mujeres: muchas de las voces que sostenían la necesidad del castigo ejemplar lo invocaban en términos de sanción al inadaptado de clase, no al varón violento con capacidad de matar a una mujer que no se adaptaba a sus reglas. “Trágicamente el imaginario popular argentino traza una velada avenencia con el oprimido-golpeador –escribió–. Desde las ganas que Fierro tiene de sobar a la negra antes de despachar al negro (...) hasta las palizas de Moreira a Vicenta cuando comienza su chifladura seudoisabelina, pasando por ‘me verás siempre golpeándote como un malvao’ y el elogio desfachatado de ‘la toalla mojada’. ¿Será por eso que la polémica sobre Monzón adquirió un tono tan confusamente populista? (...) Muchas mujeres interesadas en la condición de su sexo no deberían tomar como progresía que tantos hombres se escandalicen ante el caso Monzón. Eso no los pone del lado de las mujeres golpeadas, cuya defensa ha sido encarada en su mayor parte por mujeres.” (El texto completo, contundente, puede encontrarse en El fin del sexo y otras mentiras, Editorial Sudamericana.)

Por entonces en Argentina no existía aún un marco legal específico para tipificar, investigar y castigar la violencia de género. Se trataba, apenas, de un asunto privado, y por lo tanto de un asunto entre Muñiz y Monzón: al menos ésa era la mirada predominante. Moira Soto, que por entonces escribía en Sur y en La Razón, recuerda: “era realmente un caso de manual, con denuncias previas, héroe nacional apañado, mina que quiere romper y tipo que no se banca el rechazo. Se sabía que había golpeado a Susana Giménez, esto contado por compañeros de un viaje a Francia, por ejemplo... Si bien la cuestión de la violencia contra la mujer ya había empezado a emerger (en el suplemento ‘La Mujer’, del diario Tiempo Argentino, en revistas femeninas tipo Vosotras), lo de Alicia Muñiz sirvió para ponerlo mucho en el candelero”.

“A Monzón lo trasladaban en ambulancia para hacer la reconstrucción en la quinta, y me acuerdo de que la gente le gritaba ¡campeón!, ¡dale campeón!... Claro, era Mar del Plata en esa época: Olmedo, Porcel, Sofovich, Monzón, eran todos objeto de la idolatría popular. Era muy difícil la cobertura del caso: socialmente estaban todos a favor del campeón, imagínate, al campeón no se lo puede tocar... estaban todos a favor de la tesis del accidente.” En febrero de 1988, Norberto Chab estaba lejos de imaginar que la mañana del lunes 15 iba a tener que convertir la cobertura veraniega (farándula, playas, chismes) que desarrollaba para Diario Popular en el seguimiento de un caso judicial. El entonces corresponsal (y actual director de la revista Hombre) recuerda que eran prácticamente todos varones los encargados del tema, que hubo pocas mujeres enviadas por los diarios y las revistas (menciona como excepción a Marisé Monteiro, a quien Susana Giménez dijo en esos días: “Alicia pude haber sido yo”), que tuvo alguna discusión cuando planteó que la tesis del accidente que sostenía la defensa era indefendible. Y es que al menos durante una semana los diarios recogieron puntillosamente la versión de Monzón, quien en un principio declaró no recordar nada de lo sucedido, pero luego fue más claro: “le pegué una trompada en la boca, la agarré del cuello, después los dos nos caímos por el balcón”. Ante el primer juez a cargo de la causa, Jorge García Collins, también agregó: “le pegué a todas y nunca pasó nada”.

Fuera por reflejo de periodista de diario virado al sensacionalismo, fuera por convicción, o incluso por gesto con consecuencias impensables, fue Chab quien dio la nota en las coberturas de ese verano: “fui el único que consiguió la foto del cadáver de Alicia Muñiz”. La imagen todavía hoy es profundamente perturbadora: un plano corto, cortísimo, de su perfil, en el que se pueden ver con claridad las huellas de un golpe en la cabeza, las marcas de dedos en el cuello. Sólo ante esa imagen comenzó a desbaratarse la teoría de la defensa de Monzón, que insistía con el accidente, con la discusión de culpas compartidas y la exaltación imparable, como de histérica, que había llevado a la propia a Muñiz a tirarse al vacío. “Esa foto es terrible, y sí, provocó un escándalo. Yo estaba con mucha bronca porque no podía entender que todos los diarios fueran complacientes con Monzón, que era un tipo que había matado a una mina, no otra cosa. Al fotógrafo, Chocho Santoro, le dio muchísima impresión entrar a la morgue y verla, sacó sólo cuatro fotos, todas iguales, y se quiso ir... Pero todavía hoy estoy convencido de que estuvo bien lo que hicimos: era mirar la noticia desde otro lado. Todos estaban haciendo guardia en el Hospital Interzonal, esperando para tener al campeón con el brazo enyesado, pero la noticia era ella: ella era la asesinada. Estoy seguro de que la foto sirvió para torcer la decisión que se estaba tomando. La opinión pública estaba a favor de Monzón, la autopsia estaba siendo cuestionada y había distintas versiones, pero a partir de que se publicó esa foto, Vera Lecich, el abogado de la familia Muñiz, pudo demostrar lo que venía diciendo. Recién ahí se le empezó a creer.”

La crudeza de esa imagen todavía hoy estremece; sólo una o dos publicaciones más la reprodujeron. Se trataba de una evidencia con la que la Justicia contaba, pero que sólo al tener circulación pública atemperó los ánimos de quienes se horrorizaban por el campeón caído en desgracia. Sólo la evidencia material de un golpe y las marcas del ahorcamiento permitieron empezar a hablar de ella como víctima de una violencia no deseada y, sin embargo, sí consentida y apañada por un entorno que desestimaba su temor y sus denuncias (Muñiz había presentado un reclamo judicial por “disturbios, amenazas y violación de domicilio” en octubre del año anterior).

“Sexo consentido antes de morir”, “crimen pasional”, “la víctima llegó al momento y lugar de su muerte por voluntad propia”, “no hay que juzgarla por un último desliz”, “el bello cuerpo”, “la bella empresaria”: ésas y no otras fueron las primeras palabras que, en 2006, se usaron para contar la muerte de Nora Dalmasso. Había sido encontrada desnuda y apenas cubierta por una bata, con marcas de ahorcamiento en el cuello; había pasado en un barrio cerrado; había sido asesinada y todo hablaba de violencia, pero la historia que se contaba era muy otra. Antes de que la autopsia pusiera palabras oficiales a las dudas, la escena se miró en términos de S/M: tan fuerte era el deseo por leer la muerte desde la pasión à la Hollywood que, en las marcas de dedos en la garganta, se interpretó un placer extremo antes que un acto de violencia. Tan intenso fue el fervor por confirmar que los actos públicamente inmorales tienen consecuencias morales y vitales, que a Nora Dalmasso se la llamó Norita y se la rodeó de historias con amantes, que incluso su viudo fomentó al decir que bueno, ella se había equivocado pero él la perdonaba. Se la retrató como transgresora por haber sido encontrada en la cama de su hija: aunque el dato existía, sólo después se dijo que si usaba ésa y no otra habitación era porque la suya estaba en obra. Se abundó en detalles que colaboraban en dar forma a la escena de la intimidad amorosa: se habló de la bata, la desnudez, el cinturón de seda. Se sospechó de ella por cumplir con el mandato de la belleza: estaba en tan buen estado físico que cada mañana salía a correr, peleaba tan bien con el envejecimiento que “aparentaba unos diez años menos de los que tenía”. Todo lo que había hecho de ella una mujer bien mirada en vida se volvía rasgo negativo tras la muerte, y servía para culparla.

El show mediático que convirtió a Nora Dalmasso en una mujer liviana y coqueta sólo se calmó cuando los fiscales dijeron que era evidente por las huellas que su asesino “tuvo voluntad de matar: fue un crimen muy violento, apretó, apretó hasta matarla”.

Pero aunque Dalmasso dejó de ser invocada con el diminutivo juguetón y era claro que su muerte había sido violenta, aunque se dijo que ella era, antes que una amante arriesgada, la víctima de alguien, a pesar de todo eso, lo que siguió fue más de lo mismo. Se habló de sus muchos amantes, se barajó la necesidad de realizar una “autopsia psicológica” y se insistió con rastrear en su vida las huellas del destino fatal.

En 2002, cuando María Martha García Belsunce apareció muerta, la primera culpable fue ella misma: era muy torpe, dijo su viudo. Cuando se mostró que la torpeza había sido dejarse meter cinco balas, se habló del pituto, y cuando eso fue insostenible, salió de la galera una aventura lésbica. Todas las versiones fueron reproducidas hasta el hartazgo: cuando hubo asombro, se mentó el laberinto de influencias, corrupción y relaciones con el mundo policial, político y de personas adineradas. En cualquier caso, la responsabilidad seguía recayendo en la muerta.

La cadera quebrada de Alejandra Pradón, tras una inexplicable caída desde un octavo piso, sólo mereció menciones humorísticas. Por supuesto, no colaboró el que ella callara.

Que Rosana Galliano tuviera temor de su ex marido, que hubiera llevado adelante demandas judiciales y logrado una exclusión de hogar de José Arce y una orden de prohibición de acercarse a ella (llegó a escribirse que él “aguantó sin oponerse a la restricción judicial”), que él fuera el primer sospechoso no pudo evitarlo: diarios, revistas y programas televisivos se llenaron de historias sobre los posibles amantes de Rosana. Se dio la voz al principal sospechoso, José Arce, para que se despachara cuanto quisiera sobre la hipotética infidelidad. Se ventiló la historia amorosa de una mujer asesinada a los 29 años que, desde hacía tres, intentaba divorciarse de un señor de 60; todavía hoy, con ella muerta, Arce insiste en que no importaba la diferencia de edad porque él tenía dinero.

¿Qué tienen en común todos estos casos? Antes que por descifrar una muerte violenta para llegar a un criminal, el juicio público se vuelve sobre la víctima para realizar con minuciosidad una historización biográfica que explique el camino que llevó a la muerte. No importa la evidencia de una violencia padecida y no auxiliada, sino la irremisible caída anunciada de una mujer hacia la muerte: en inicios de 2008, no es otra cosa que la versión políticamente correcta del clásico “ella se lo buscó”.

“Los varones son sancionados respecto de sus acciones públicas (el homicidio de una mujer), pero no respecto de la historia de violencia que sufrió la víctima durante años, que queda invisibilizada”, escribieron Leonor Arfuch, Laura Rozados, María J. Cattaneo y Claudia Rosa en Violencia contra las mujeres y discriminación sexista: un estudio sociosemiótico, publicado en la revista científica de la Universidad de Entre Ríos Ciencia, Docencia y Tecnología de noviembre de 2005. Notablemente, las observaciones que allí realizan sobre las palabras periodísticas y judiciales en torno del “caso D”, el asesinato de una mujer a manos de su marido, coinciden palmo a palmo con lo que sucedió ante la muerte de Dalmasso y Galliano, por mentar sólo algunas. Allí también se habló de la moral privada, en lugar de preguntarse sobre la construcción de las relaciones violentas y la reacción y la responsabilidad social ante ellas, se lo trató “como un hecho que pone en juego la moral privada, y desde allí operó su visibilidad”. Como en los otros casos, la víctima tuvo que salir a ser defendida: también allí se alegó que ella no lo merecía, que era buena persona. Y si la víctima hubiera sido antipática, ¿qué? ¿Es realmente menos defendible por eso? No sin consecuencias sociales, en el “caso D” la mujer también debió ser defendida de acusaciones morales, por lo que las investigadores observaron con claridad que si tal cosa sucede es porque la mujer no santa es construida, aun, como merecedora de la violencia, “porque se sigue vinculando la violencia contra la mujer con el deseo sexual”. Y agregan: habitualmente en estos casos la violencia queda desplazada del debate: no se habla de la negligencia del Estado para intervenir a tiempo, de los amigos y familiares que no acudieron en auxilio, “el caso había sido construido como un drama pasional más, sin atender a sus fuertes características de violencia doméstica y sexista. Que en ningún momento suscitó una reflexión sobre este tipo de violencia, como un extremo posible de toda violencia contra las mujeres”. A eso podríamos sumar: no es sólo la figura de la puta, también la de la ingrata: en el caso Galliano, Arce clama su lugar de víctima, todavía enamorado e irreversiblemente “cornudo”. Por supuesto: él puede decir cuanto quiera, el escozor nace, en realidad, en que esa voz tenga espacio. No deja de ser tan sospechoso como lo era Pocho Vargas cuando, aun en juicio porque la acusación de haber violado a Romina Tejerina no se había resuelto, Rolando Graña decidió dedicar la mitad de su programa a una entrevista con él, habida cuenta de que la otra mitad del tiempo había entrevistado a Romina. Claramente, la teoría de los dos demonios, sí, pero aplicada al género. Y aún peor: esa equivalencia que suele establecerse entre víctima y victimario, la misma –desde ya– que se aplicó al caso de Monzón y Muñiz, sigue vigente. Si Arce nada tuvo que ver, si Rosana es a fin de cuentas la víctima de un asesinato, ¿por qué dar espacio a discutir su vida privada?

Decía Marta Ferro, la cronista de policiales más sólida del diario Crónica, que ella había logrado establecer una pauta en ese diario: nunca darle la palabra al golpeador. ¿El argumento? “No me gustan los torturadores. Mostrábamos los cadáveres de las mujeres y las fotos que evidenciaban cómo las habían desfigurado... eso cuando querían hacer la denuncia, porque la policía no tomaba la denuncia. Pero cuando los policías leían la nota en Crónica, iban a buscar a la mujer y hacían lo que tendrían que haber hecho antes.”



La francesa Marie Trintignant fue asesinada por su pareja, el cantante Bertrand Cantat, quien tras golpearla con furia la dejó yacer inconsciente, sin atención médica, durante toda una noche. Tras diez días de agonía, Marie murió a principios de agosto de 2003. Su muerte generó un revuelo poco visto en Francia: ella era hija de actores reverenciados y actriz ella misma; él, el cantante de Noir Désir, un grupo cool y políticamente comprometido con causas de izquierda. (Fue juzgado, condenado, salió en libertad condicional a fines de 2007.) Cuando ella murió, el por entonces presidente Jacques Chirac habló públicamente del caso: lamentó la muerte violenta de Marie, pero ante todo se refirió a la violencia de género y la condenó con claridad. Resulta inimaginable el impacto que una declaración semejante, de parte de una autoridad del Estado, tuvo sobre la sociedad.

El 27 de enero, un cable que fue reproducido por diarios de todo el país dio a conocer la muerte de una adolescente en un hospital de Berazategui. Daniela A. había sido internada ocho días atrás, “en grave estado, con cortes y quemaduras aparentemente provocadas con una picana eléctrica”, las quemaduras estaban en su cabeza y rostro. Tenía 16 años y hacía cinco meses convivía con su novio, un hombre de 30. Había sido encontrada en una zanja, cerca de la casa que compartía con él. Sus familiares y amigos contaron una y otra vez que ella le temía, que él la amenazaba y era celoso de sus amigos varones, que no la dejaba ver a su familia y sus amigas, que más de una vez le había pegado. El cable concluía: “si bien la familia de la adolescente acusó al novio de la chica de ser el autor de un brutal ataque, los pesquisas policiales no descartan que las heridas hayan sido autoinfligidas o provocadas por accidente

martes, 8 de febrero de 2011

Mi Primera Vez

De entrada el titulo esta llamativo! y como para todo en la vida hay una primera vez, o almenos debemos de buscarla, siempre y cuando sea constructiva; esta es la mia, incurcionando por primera vez en estas cuestiones; por supuesto que me gustaria decir que fue mi idea, sin embargo con mucho orgullo puedo decir que "No lo fue"; fue idea de una hermosa persona que como "quiron en el espacio" tiene una parte de estrella con cualidades de cometa, ademas de que por cuestiones que mas adelante platicaré creo que tengo algo que aportar al conocimiento de las mujeres que como Yo, son hijas, hermanas, esposas, ex-esposas, madres, tias, novias y sobre todo amigas.

De estos temas puedo hablar bastante, siendo el comun denominador solo una sola cosa "El Amor", en cualqueira de sus asepciones, el amor como energia creadora, creativa, imaginativa, intuitiva y renovadora, "renovarse o morir", no yo creo que es mejor "Morir y luego renovarse". Todas las mujeres hemos muerto y vuelto a nacer mas de una vez, de eso tambien estoy segura; solo basta sentarse unos minutos ha contemplar la propia vida y con un movimiento de cabeza de los que ya sabemos muy bien hacer las mujeres mayores de 5 años, de edad, si ya sabes, de esos en los que mueves la cabeza de un lado a otro y subiendo un poco los ojos, dejando salir un pequeño suspiro, es esa exalación la que nos indicará cuantas veces hemos nacido-muerto y vuelto a nacer. Lo mas importante es simpre recordar; aprender y sobre todo compartir.