Es muy difícil para cualquier madre pensar que el padre de sus hijos podría lastimarlos para hacerle daño a ella, o por su propia ineficacia para enfrentar sus carencias afectivas; lo inimaginable es que se pudiese atrever a asesinarlos, prenderle fuego a sus cuerpos, incendiar la casa y después darse el mismo un tiro para evitar enfrentar las consecuencias de sus actos. Esta dramática historia es lo que aconteció el 21 de junio de este año en Chula Vista California, Estados Unidos, cuando aproximadamente a la 1:37 de la madrugada de ese fatídico martes, los bomberos encontraron los cuerpos calcinados de un hombre y dos adolescentes dentro de una vivienda que ardió en llamas esa madrugada.
La autoridad de esa Ciudad Fronteriza con México catalogó el incidente como un homicidio - suicidio, el vocero de la policía indicó que los cuerpos presentaban una herida de bala y después fueron quemados, además los tres occisos fueron encontrados en distintas habitaciones de la casa. Las víctimas eran de 15 y 13 años de edad, el homicida fue el padre de ambos y aparentemente, la madre de los adolescentes estaba separada del padre, así que ella fue la única sobreviviente.
Una quisiera pensar que estos hechos son casos aislados, sin embargo algo terrible está ocurriendo al sur de California pues este homicidio- suicidio fue el cuarto que sucedió en el condado de Sandiego, durante los meses de mayo y junio pasados, el 13 de junio murió una mujer a manos de su esposo, el hombre sobrevivió a su intento de suicidio, gracias a la intervención de la policía.
El 2 de junio encontraron los cuerpos de Mary Alvarez, de 41 años y de sus dos hijos, de 12 y 10 años, después de que la policía encontró el cadáver de su pareja sentimental en un vehículo en una carretera de cuota también en Chula Vista CA. El 24 de mayo murió una madre con sus dos hijas, así como el padre de ambas, en esta ocasión los cuerpos del padre y las hijas fueron encontrados flotando en la piscina de la casa y el de la madre en la tina del baño dentro del hogar de la familia, al inicio de las investigaciones las autoridades estimaban que habían muerto ahogados pero las verdaderas causas de las muertes no se han dado a conocer, sin embargo aclararon que dentro de la casa encontraron una carta póstuma (típica en los suicidios) firmada por ambos padres.
El quinto caso de homicidio- suicidio se dio a conocer el día 4 de julio, cuando oficiales de la policía de Oceanside, California, encontraron los cuerpos de un hombre de 53 años de edad y una mujer de 43 años en su condominio y junto a ellos la nota con fecha del 24 de junio, en la cual el hombre indicaba que mató a su esposa y luego se quitó la vida.
Los acontecimientos aquí narrados, casi no se pueden creer, la pregunta obvia es ¿Qué hace a un hombre asesinar a su pareja y los hijos para luego suicidarse? Por supuesto que los datos de los verdaderos móviles en estos casos se desconocen y actualmente siguen bajo investigación; una puede empezar a racionalizar los acontecimientos con un montón de estadísticas que tienen que ver con la violencia intrafamiliar o con las evidencias de que aún después del divorcio los cónyuges quieren seguir controlando a sus ex parejas por medio de los hijos de ambos, pero todo esto solo serían conjeturas y especulaciones de mi parte que no sé nada de esas cosas; sin embargo hasta por el ojo menos especializado se puede observar al menos un punto coincidente; El agresor es un homicida del género masculino.
De hecho son pocos los casos conocidos en los que la madre asesine a sus propios hijos y luego se suicide, como el de Marie Moore en Orlando Florida (2009), quien mató de un disparo en la nuca a su hijo y luego ella se mató, accionando la misma arma. Estos hechos no son ajenos a nuestro país, pues apenas el 7 de mayo 2011, en Salvatierra, Guanajuato, México, Claudia Villagomez Lopez, de 28 años de edad, fue trasladada al hospital por su esposo después de que al llegar Este a su casa encontró a sus hijos de 8 y 10 años muertos en su domicilio y a su esposa apenas con vida, quien al parecer había ingerido una gran cantidad de pastillas.
También habido quienes asesinan a sus hijos para ocultarlos por la vergüenza que envolvió las circunstancias en las que fueron procreados; como el caso de la maestra de biología Johana Andrea Macías, de 24 años, en Colombia que en junio de 2009 procreo un bebe, a los días fingió que le había sido secuestrado, sin embargo después se supo que ella por temor a un examen de ADN que le exigía su pareja sentimental, lo asesino y lo aventó a un barranco.
En este mes se llevo a cabo un proceso penal que llamó la atención del mundo entero, el de Casey Anthony, una mujer de 25 años que en el estado de Florida, Estados Unidos, fue enjuiciada y absuelta por homicidio en primer grado de su hija de dos años de edad y quien únicamente fue declarada culpable por haber mentido en reiteradas ocasiones a la autoridad acerca de la “desaparición de su hija” y no haberla reportado, sino has un mes después de ocurridos los hechos (obstrucción de la justicia) . Existen también casos documentados de abusos cometidos en contra de los propios hijos por madres que deliberadamente los enferman o lesionan bajo el denominado síndrome de Munchausen, en el que Las madres causan daño a sus hijos y luego mienten sobre el origen de las extrañas dolencias para satisfacer su enfermiza necesidad de llamar la atención, a veces para salvar su matrimonio o ganarse la simpatía de los demás apareciendo como víctimas.
Estos son relatos terribles en los que es difícil saber quién es el auténtico victimario, que puede tomar la forma de Ingnorancia, la pobreza, la apatía, el maltrato y abuso infantil, y de violencia hacia la mujer o tal vez de una depresión profunda, de algún episodio inclusive de locura temporal (excluyente muy socorrida en los juicios en Norteamérica) o de muchas otras, sin embargo, de lo que no puede quedar ninguna duda es de que las irrefutables víctimas son los menores, los hijos que seguramente esperaban recibir de sus padres amor y sobre todo protección y al final de sus vidas lo que encontraron fue a un padre o madre asesinos.
El Dr. Scott Peck; quien en su libro : “El mal y la mentira” sostiene la tesis de que el mal puede definirse como una forma específica de enfermedad mental y que debe someterse a la misma intensidad de investigación científica que se dedicaría a otra importante enfermedad siquiátrica; Él afirma que cualquier terapeuta experimentado sabe que los padres que no quieren a sus hijos abundan y que la gran mayoría de esos padres mantienen al menos una simulación de ese amor; dice, además textualmente; “La víctima más típica del mas es el niño. Es de esperar que así sea, porque los niños no solo son los miembros más débiles y más vulnerables de nuestra sociedad, sino también porque los padres ejercitan un poder sobre las vidas de sus hijos que es esencialmente absoluto. El dominio del amo sobre el esclavo no es muy diferente del dominio del padre o de la madre sobre un niño. La inmadurez y resultante dependencia del niño exigen esta posesión de gran poder por parte de los padres, pero no excluyen el hecho de que este poder, como todo poder, está sujeto a abusos de varios grados de malignidad…“(sic).
Es importante que sepamos que en México TODOS podemos y debemos intervenir acudiendo a las autoridades a denunciar ya sea ante el DIF, el Agente del Ministerio Publico o un Juez Familiar; cuando tengamos conocimiento de que un niño está siendo abusado, maltratado, que fue abandonado, o dicho en otras palabras, sea víctima de la violencia intrafamiliar; la cual podemos definir como: un acto u omisión con la intención de dominar, someter, controlar, agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier integrante de la familia con el propósito de causar un daño, esto es, una pérdida o menoscabo físico o mental a cualquiera de los integrantes de una familia.
En nuestro sistema judicial, cuando se trata de los derechos de los niños, la sociedad entera tiene la facultad de solicitar la intervención del Estado para que los niños sean rescatados inclusive hasta de sus propios padres. SALVANDO A LOS NIÑOS, NOS SALVAMOS TODOS.
Nota adicional: Los fundamentos legales para la observancia del interés superior de los menores; son Los artículos 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 3 y 4 de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes; 2, fracción I y 4, fracción I de la Ley de los Derechos de las Niñas y Niños en el Distrito Federal, en concordancia con los diversos preceptos 3 y 9 de la Convención sobre los Derechos del Niño (ratificada por el Estado mexicano y publicada en el Diario Oficial de la Federación el veinticinco de enero de mil novecientos noventa y uno) .
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